lunes, 7 de septiembre de 2009

APTITUD Y ACTITUD PSICOLÓGICA

Requisitos de la Actitud Psicológica del Docente.

En la formación de todo docente existen dos conceptos fundamentales: las aptitudes y las actitudes.
Aptitud: “Cualidad que hace que una cosa sea apta para un fin determinado; idoneidad o suficiencia para ejercer un cargo; capacidad para el buen desempeño de un arte o negocio”. Las aptitudes se desarrollan, se construyen por la vía del estudio, la experimentación, y otras instancias.
Para adquirir cierta idoneidad en una especialidad es preciso informarse, estudiar, experimentar. Si bien la apropiación de conocimiento es en última instancia individual, el aprendizaje como categoría global se construye con otros. De este modo cada quién elaborará su propia versión del andamiaje teórico-técnico adquirido.
Es en el ámbito de la aptitud que el sujeto está en posición de armar un esquema teórico sólido y a partir de éste poder argumentar a propósito de lo que dice y hace, es decir dar un fundamento a la práctica concreta.
Así como la aptitud remite a la cualidad de ser “apto”, la actitud tiene que ver con una predisposición para el acto. Las actitudes son las que orientan la acción hacia un determinado objeto. Las actitudes tienen un aspecto voluntario pero también tienen una enorme porción por fuera de la voluntad ligada al sustrato emocional del sujeto.
Aptitud y Actitud son dos instancias íntimamente ligadas y resulta indispensable poder conjugarlas del mejor modo. Así como las aptitudes se desarrollan, las actitudes se modifican.
La “Actitud psicológica” que debe tener todo profesional demanda una serie de requisitos:
A- Respeto y cuidado por los demás (aquellos con los que trabaja) y también por uno mismo.
B- Renunciar a la manipulación del otro
C- Renunciar a ubicarse en el centro de la escena grupal. Imperativo de descentramiento.
D- Haber trabajado los propios prejuicios. Si bien es absolutamente imposible evitar la existencia de preconceptos, quién se sitúa en un lugar asimétrico, debe hacerlos luego de haber trabajado profundamente los propios prejuicios. Como siempre nos cargamos de alguna urgencia atávica que nos exige una generalización injusta, será necesario, al menos abrirnos a la opinión del otro y predisponernos a escucharlo cuando intenta señalarnos una distorsión pre-juiciosa propia. El modo en que aparecen más claramente los prejuicios es en los rótulos, en las adjudicaciones, en la tendencia a catalogar y a clasificar. Cada vez que encasillamos a alguien le estamos quitando capacidad de cambio
E- Coherencia interna entre el pensar, el sentir y el hacer. Es preciso trabajar por la integración de estos tres aspectos. Con frecuencia estas tres funciones están disociadas
F- Comprensión. Ubicarse frente a otros y aún ante nosotros mismos desde el intento genuino por comprender algo de una situación compleja. Esto demanda del docente o profesional una cuota importante de humildad. Intentar entender por qué alguien hace lo que hace, cómo lo hace, qué relación tiene lo que el sujeto hace con lo que hacen los otros. Se trata de ampliar la mirada y de no situarnos en una postura normativa.
G- El último aspecto alude al interés por la investigación. Investigar en el plano de las lecturas de las crónicas, de la bibliografía, en el conocimiento de uno mismo. Para poder llevar esto a delante es necesario tolerar cierto nivel de incertidumbre. Tener capacidad de asombro, estar abiertos y expectantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bueno yo estoy preparandome para entrenador del futbol. Leyendo el articulo pude enterarme de algo muy bueno, mi pregunta seria si yo me alimento de todas estas cualidades, yo podria segun entiendo yo, ir a una entrevista de trabajo y sin nunca haber estudiado algo de psicologia puedo presentarme aun asi como un formador deportivo con actitud psicologica.