En estas páginas voy
a volcar algunas ideas sobre la educación del nuevo profesional, es decir las
capacidades que demanda la sociedad al nuevo trabajador, sea este de la salud,
marketing, abogacía, ingeniería, administración de empresas, etc.
En toda sociedad hay
varios tipos de trabajadores, y esto se relaciona con el nivel de
estratificación social. En la nuestra se está creando una nueva tipología que
cruza transversalmente a las anteriores. Antes el profesional se valoraba por
la posición que ocupaba en la cadena de mando, pero esto está cambiando. Ya no
es la posición lo que determina el valor, pues con la nueva movilidad esta
pierde fuerza, las cadenas piramidales dan paso a las organizaciones flexibles
con forma de red, donde el cambio es el principal integrante. Se crea una nueva
tipología, donde los trabajadores más valorados deben tener la capacidad de
identificar y resolver creativamente los problemas, y su valorización se
relaciona directamente con esta función, y en cómo la desempeñan.
La principal
habilidad que este profesional debía desarrollar en la época anterior era la
acumulación de datos, pero hoy esta habilidad ya no es fundamental, las causas:
los avances tecnológicos y la reinterpretación y cambio permanente de esos
datos.
En su lugar hay
cuatro habilidades que se convierten en fundamentales para tener un buen
desempeño como trabajador: la capacidad de abstracción, el pensamiento
sistémico, la experimentación y la colaboración.